Cada año que pasa la presión fiscal de los diversos organismos municipales, provinciales, autonómicos y nacionales aumenta. Si a esto añadimos la gran cantidad de impuestos y tasas existentes y los continuos cambios normativos, podemos coincidir que cada día es un tema más complejo y que exige más tiempo, control y especialización.
El problema surge cuando no podemos cumplir con esos tres criterios, porque el negocio no nos lo permite, porque no disponemos de las herramientas para la correcta gestión y control o bien por la complejidad de según qué tributos. Y fruto de ese problema vienen las sorpresas, en forma de importes tributarios superiores a lo esperado, sanciones, inspecciones que quitan más tiempo y que al final dan al traste con los presupuestos anuales y pueden tener un impacto significativo en el beneficio de la empresa.
Y aquí reside la clave de contratar una empresa especializada que permita cumplir con los tres criterios arriba mencionados, asumiendo que pueden suponer un coste extra a corto plazo, pero un importante beneficio a medio y largo plazo.
Una empresa experta en la gestión y optimización de tributos se encargará de la tramitación, optimización y control de todos los tributos (impuestos ,tasas ,contribuciones especiales) a los que pueda estar sujeta la empresa, ayudando al empresario/directivo a concentrarse en los aspectos más importantes del negocio. Pero también, una vez que tenga un conocimiento adecuado de la actividad que presta, podrá asesorarle en la toma de decisiones donde el aspecto tributario tenga un peso específico.
Esto es todavía más importante en pequeñas empresas, donde la posibilidad de incorporar un responsable fiscal en plantilla no es económicamente sostenible. Pero sigue siendo fundamental en empresas medianas y grandes, donde el responsable fiscal podrá apoyarse en la especialización del experto para todos aquellos temas que se escapan a su ámbito de conocimiento.
Ricardo Español Rowe